Cuadro: La Quebrada de Humahuca - Purmamarca
Cuadro: La Quebrada de Humaucha - Purmamarca
Óleo
1.996
El Pueblo de Purmamarca (denominación que en lengua aimara significa "Pueblo de la Tierra Virgen") es una vistosa aldea esta circundada al norte por el río Purmamarca y hacia el sur por los cerros que conforman la quebrada que lleva el mismo nombre. La pequeña población adquiere una atracción especial porque se encuentra ubicada a la base de los imponentes y majestuosos cerros multicolores. Sus construcciones pertenecen al siglo XVII, lo que brinda una visión interesante del origen prehispánico.Su pintoresco trazado urbano fue realizado en torno a su Iglesia principal de llamativo estilo clásico quebradeño. La antigua iglesia, declarada Monumento Histórico Nacional y que data de 1648, posee exteriormente muros de adobe y una típica carpintería de cardón en su interior. De nave única y angosta, cuenta con interesantes imágenes y pinturas cuzqueñas del siglo XVIII que la llenan de historia y tradición dentro del Circuito de la Quebrada. Esta iglesia fue consagrado a Santa Rosa de Lima y detrás de ella se alza el renombrado cerro de los Siete Colores que deleita a todos los visitantes que pasan por la ciudad.La feria artesanal funciona permanentemente y en la cercanía de la plaza los vendedores locales presentan alfombras confeccionadas a mano, diversas tallas de maderas, indumentaria regional, vistosas vasijas y hasta variedades de plantas medicinales.La imponente Quebrada de Humahuaca, paradisíaco paraje de nuestro país declarado Patrimonio de la Humanidad, es el eje de esta pintoresca área por la que corre el Río Grande.En toda la zona las casas se destacan por ser de adobe, amasadas de tierra y paja donde poblados de la época colonial se desarrollaron en relación con significantes asentamientos prehispánicos, donde las calles fueron trazadas nuevamente a fines del siglo XIX. Persiste así por la zona costumbres prehispánicas importantes en las celebraciones comunitarias donde participa todo el pueblo como las fiestas patronales: los misachicos, el culto devoto a los difuntos, los pesebres vivientes, la Semana Santa. También es muy importante el culto a la Pachamama y otros ritos anteriores ala colonización, se puede observar como conviven las apachetas indígenas con las iglesias coloniales por todo el área.La música también es protagonista principal en esta zona donde es ejecutada con instrumentos propios como: sikuris, quena, caja, erque, erquencho y charango.El carnaval, en rápido ciclo entre el desentierro y el entierro, se desenvuelve en todos sus pasos, también con entusiasta participación popular.La pequeña localidad adquiere relevancia en la zona por el admirable paisaje montañoso y además por contar con infraestructura de alojamiento, gastronomía y excursiones.
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